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6 trampas al internacionalizar tu empresa

internacionalizar tu empresaLas empresas, al igual que las personas, nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. De la última crisis, nos ha quedado un regusto muy amargo que durará mucho en nuestra boca y, sobre todo, nos ha enseñado una de las primeras cosas a tener en cuenta en estrategia: que o se tiene tiempo o se tiene dinero. Como normalmente dinero es lo que falta, hay que prever con tiempo las decisiones estratégicas y sobre todo aquellas relacionadas cuando te planteas internacionalizar tu empresa.

Hablando con un empresario esta tarde, me ha venido a la memoria alguna de las cosas que debemos tener en cuenta cuando nos planteamos la internacionalización de nuestra empresa; cosas y factores que debemos considerar para no caer en las trampas, algunas de ellas mortales, que con frecuencia vemos a nuestro alrededor.

Veamos las que a mí me parecen más peligrosas.

  • Internacionalizar tu empresa como consecuencia de una caída de ventas en el mercado tradicional, viendo en esta la solución a los problemas.

Es bastante frecuente encontrarnos con empresas que deciden acometer la internacionalización, cuando no sólo han comprobado que su mercado tradicional se está cayendo, sino cuando el mercado tradicional ya no tiene ni solución, ni capacidad de sostener una iniciativa internacional. Tenemos que ver, y espero dejarlo muy claro en este artículo, que cuando una empresa acomete la internacionalización precisa de recursos, tanto humanos como materiales, para poder desplegar de forma viable, las actividades que requiere este proceso.

  • No disponer de tiempo estratégico ni de recursos suficientes para poder abordar la salida al exterior.

El otro gran factor, el tiempo, es un elemento esencial para la puesta en marcha de un Plan de internacionalización. Las correcciones precisas y las adaptaciones, sobre todo operativas que implican, son comedoras de tiempo, y por lo tanto de esperanza. Esto se complica de forma extraordinaria cuando acometes tu estrategia en LATAM, en especial en algunos países, donde su cultura y forma de hacer nos deja impertérritos con el paso inexorable del tiempo, sin poder hacer nada para acelerar los procesos; lo cual termina, o abandonando por falta de recursos (viajes, estancias o el mantenimiento de una filial en destino, etc…) o por la propia desesperación generada por la falta de resultados.

  • Dejarse guiar por decisiones exóticas a la hora de elegir mercado y forma de acceso a dicho mercado.

La elección de mercado es una decisión trascendental. Lleva aparejado un proceso relativamente largo donde no solo caben los motivos circunstanciales sino más bien los derivados de la capacidad de la empresa y el foco que ésta tenga puesto en la estrategia.

Este proceso debe estar acompañado con información; y no de cualquier información, sino de aquella que, por sus características, permite a la empresa poner en valor su ventaja competitiva.

  • Despreciar la oportunidad de salida, acompañado de otras empresas, que pueden reforzar estratégica y económicamente mi internacionalización.

Incluso las empresas más internacionalizadas pueden utilizar esta fórmula para probar en mercados, o más distantes, o más complejos o… lo que sea. Es decir, no es una fórmula sólo para empresas que están empezando y puede llevar asociadas estrategias de figuras como Joint Venture o Piggy-back; por lo que, desde un planteamiento formal, permite acometer mercados con un menor riesgo financiero o empresarial.

  • Esperar retornos rápidos en mercados internacionales.

Ya he hablado de esto, en otra de las trampas: internacionalizar tu empresa es una carrera de fondo con obstáculos, donde una buena preparación permitirá llegar al final. Los retornos son lentos, pero también es cierto que, una vez que llegan, significa que se ha aprendido el camino y estos difícilmente caerán; porque la empresa habrá interiorizado cómo actuar en los mercados exteriores desde su capacidad y solvencia.

  • No disponer de un buen plan internacional, basado en buena información, que se concrete en un plan de acción, potente y viable.

Seguir por impulso más que por reflexión es una de las más graves. Puede llevarnos a tomar decisiones en relación a la forma de acceso, la elección de un mal socio de mercado… en definitiva; elegir un camino que no tenga retorno y comprometa la estrategia de acceso y nos bloquee la retirada. La utilización de la información, tanto estratégica como operativa, es una garantía si esta se emplea adecuadamente para conocer y, sobre todo, para decidir la forma de acceso y la permanencia en un mercado.

Así, un buen proceso para internacionalizar tu empresa recomienda, prudencia, tiempo, información y recursos suficientes.

El resto supondrá ir sorteando las trampas que asaltan a lo largo del proceso y en las que siempre podremos caer.

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